A diferencia de otras formas de psoriasis, la psoriasis facial afecta una piel más delicada, lo que puede generar irritación, sequedad extrema y sensación de ardor. Las lesiones suelen aparecer en forma de manchas rojizas con escamas finas, que pueden extenderse a la línea del cabello, las orejas o incluso el cuello. Los brotes pueden ser desencadenados por estrés, cambios climáticos, productos irritantes o el uso de ciertos medicamentos.