A diferencia de la psoriasis en placas, la psoriasis en gotas se distingue por la aparición repentina de pequeñas manchas rojas y descamativas, de entre 1 y 10 mm de diámetro. Estas lesiones pueden extenderse rápidamente, provocando picazón y molestias en la piel. Factores como infecciones, estrés, lesiones cutáneas y ciertos medicamentos pueden agravar la condición.
El tratamiento depende de la gravedad del brote. En muchos casos, la psoriasis guttata puede desaparecer espontáneamente, pero algunos pacientes requieren terapias tópicas, fototerapia o medicamentos sistémicos para controlar la inflamación. El diagnóstico temprano y el control de infecciones pueden ayudar a prevenir recurrencias y la progresión a formas más severas de la enfermedad.